Según los egipcios, cada espíritu debía cumplir con un ciclo de perfeccionamiento durante un ciclo cósmico (25.920 años). El espíritu debe nacer al menos una vez en cada signo astrológico (2.160 años) para poder recibir las distintas energías de las estrellas (12). Durante el ciclo, el espíritu recibe un cuerpo para experimentar en cada vida, y también un nombre; tendrá que cumplir con su destino temporal de aprendizaje, la lección que toca pasar, las circunstancias necesaris para el aprendizaje del espíritu; para cada vida un nombre distinto, y unas circunstancias distintas; cada espíritu se encarna aproximadamente 700 veces, ascendiendo del primer al séptimo nivel de consciencia. Cada una de sus existencias es diferente, pues viene marcada por las fuerzas que irradian las estrellas. La idea final es el perfeccionamiento.
Los egipcios explicaban esto con el mito de Osiris. Según ellos la mente y el universo están polarizados (tienen opuestos), representaos en dos personajes fundamentales. Dichos personajes influyen en la mente del hombre, como luz y oscuridad, haciendo que actúe de una forma u otra, y obteniendo un aprendizaje. Mientras Osiris está emparejado con Isis, son la fuerza e la luz, de la perfección de la conciencia y motor de las reencarnaciones, Seth está emparejado con Nepthis, sieno la fuerza de la oscuridad, de lo material, de las pasiones, de la insconsciencia, la ignorancia. Son los que retrasan la evolución de la espiritualidad. Representan la búsqueda del placer aunque tenga que ser a costa de sufrimiento y caos.
http://losmonosgraficosdeisis.blogspot.com.es/2010/12/registros-akashicos-2.html
Sueños del Akasha 